Autor: Javier Fernández de Troconiz.
Nota: Esta entrada refleja la opinión de su autor. En ningún caso debe entenderse como la opinión formal de Secot-Álava.
El Correo del día 13/6/18 publica, en la sección de Cartas al Director, una de Javier, con el siguiente texto:
En el idioma castellano los conceptos Jubilación y jubilados/as conectan con el júbilo, la alegría que se percibe como asociada al hecho de la jubilación. En otros idiomas vecinos el concepto es más triste. También los utilizamos como sinónimos de los mencionados. Pero nos hablan de retiro, retirados. ¿retirados de qué? Hemos transitado de la vida laboral a otra, la de la jubilación, pero no creo que queramos ser, ni estar, retirados. Tenemos que seguir contando. Otra acepción, clases pasivas. Tampoco es aceptable, la actividad no tiene porque sernos ajena, parece que vayamos a remolque de las clases supuestamente activas. Otro calificativo, Pensionista. En línea con las anteriores acepciones con un retintín negativo ¿acaso lo que nos define es el hecho de recibir una pensión? Inaceptable.
Cuando uno está activo es albañil, bombero/a, enfermero/a, o lo que sea. En algunas profesiones el nombre perdura y en el peor de los casos precede al de “jubilado”. La jubilación no acaba con la profesión, ni con las capacidades técnicas de la persona. Sin entrar en las razones de la pensión, que darían que hablar, no debiéramos dejar que nos cataloguen de pensionistas, somos otras cosas, las que sean.