Este pasado mes de noviembre, nuestra Senior Txelo Vázquez fue entrevistada en Radio Gorbea sobre la Soledad No Deseada, dónde pudo ofrecer su mirada sobre un reto que atraviesa generaciones.
Hablar de soledad no deseada es hablar de una realidad compleja, diversa y, a menudo, silenciosa. Así lo defiende Txelo Vázquez, que lleva años implicada en proyectos de envejecimiento activo y acompañamiento comunitario. Su voz, serena y experta, ayuda a iluminar un fenómeno que crece en todas las edades y contextos.
Para Txelo, lo primero es desmontar la idea de que existe una única soledad. «Deberíamos hablar de soledades», sostiene. Cada vivencia es distinta y profundamente subjetiva. La soledad no deseada es, en muchos casos, una «condición psicológica debilitante» que va acompañada de sentimientos de inutilidad, falta de control y un sufrimiento del que no siempre se habla por vergüenza o estigma.
Tres formas de sentirse solo
Durante la conversación, distingue varios tipos de soledad que atraviesan la vida diaria:
- Soledad social: medible y visible, asociada a la ausencia de red de apoyo y más frecuente en hombres.
- Soledad emocional: la falta de vínculos afectivos significativos, más común en mujeres, marcada por la sensación de vacío y pérdida.
- Soledad existencial: la más profunda, donde la persona se percibe desconectada del mundo, invisible y sin un lugar propio.
Estas soledades no entienden de edades. «Podemos sentirnos solos en cualquier momento del ciclo vital», recuerda. Viudedad, precariedad económica, sobrecarga emocional en personas cuidadoras, déficits sensoriales —especialmente la pérdida de audición— o expectativas irreales respecto a la familia pueden desencadenar situaciones de aislamiento.
Un reto que se combate en comunidad
Ante este escenario, Txelo insiste en la importancia de la acción: «Lo primero es salir de casa». Y destaca que Vitoria-Gasteiz cuenta con recursos valiosos para ello: desde los centros municipales de mayores hasta asociaciones como Cruz Roja, Escudé o Vivir con Voz Propia.
Defiende, además, la necesidad de promover un envejecimiento activo y saludable desde edades tempranas: alimentación equilibrada, actividad física, relaciones sociales, buena gestión del estrés y competencias digitales que permitan mantenerse conectado.
La petición es clara: pedir ayuda y dejar atrás la vergüenza. Conversar con el vecindario, con el personal de comercios habituales o simplemente con quien comparte banco en un parque puede ser el inicio de un vínculo significativo. La ciudad, con sus zonas verdes y espacios de encuentro, también es un aliado para combatir el aislamiento.
Un mensaje final de esperanza
Txelo Vázquez concluye con un deseo: que ninguna persona tenga que sentirse invisible. La soledad no deseada es un problema social, pero también una oportunidad para construir comunidades más atentas, más humanas y más abiertas.
Aquí os dejamos el audio de la entrevista, para que la oigáis tranquilamente…
