Un artículo de Mª Consuelo Vázquez Ruiz de Larrea,
Socia de la Delegación SECOT-Álava, en la revista Geriatricarea 11/11/21
El tema de los cuidados es un reto actual que está siendo estudiado y analizado en estos momentos en una mayoría de congresos, reuniones científicas, charlas, conferencias y otros eventos que se celebren. Es una realidad que la población, sobre todo la mayor, está aumentando considerablemente, vive cada vez más años y éstos pueden ir acompañados de necesidades de ayuda para lograr tener una vida digna.
Los cuidados preocupan a las personas mayores a medida que se van cumpliendo años y se van disminuyendo algunas facultades físicas y mentales. La respuesta a la pregunta ¿cómo me van a cuidar cuando no me pueda valer? .Es una preocupación que está en la mente de la mayoría.
Las personas mayores revindican cuidados de larga duración que en la medida de lo posible se realicen en casa
La realidad del cuidado ha cambiado mucho en estas últimas décadas debido a profundos cambios sociodemográficos que se están produciendo en nuestra sociedad como:
- la disminución del número de miembros de las familias
- la diversificación de modelos familiares
- la reducción del número de hijos/as o ausencia de ellos/as en algunas parejas
- el aumento de personas que viven solas,
- la incorporación de la mujer al mundo laboral
- la globalización e incremento de la movilidad laboral
- el tipo de trabajo de los miembros familiares
- los horarios diferentes de convivencia
- las distintas obligaciones personales
- la viudez
- la soledad
- como los escasos recursos y la dependencia de la persona mayor
Todo ello dificulta que el cuidado de los mayores y su derecho a ser cuidados no puede hacerse íntegramente en el ámbito familiar.
Por todo ello es preciso repensar el sistema de cuidados actuales y reflexionar sobre nuevos modelos de servicios que permitan garantizar unas atenciones dignas, adaptadas a las distintas situaciones y necesidades de la población mayor. Habría que incluir aquí también a otras personas en riesgo de exclusión social por diversas causas: sufrir violencia, abuso y maltrato de género, padecer abandono social, precariedad en la vivienda, escasez de recursos económicos, soledad, dependencia, discapacidad, etc.
Se debe hacer una diferencia del tipo de cuidados que se prestan en zonas rurales y en la ciudad. Se ha evidenciado desde hace tiempo que hay una mayor comunidad de redes de apoyo en los lugares pequeños y una mayor individualidad en las poblaciones grandes.
La mayoría de las personas mayores, en la actualidad, quieren ser cuidadas y atendidas en sus casas el máximo tiempo posible, y a poder ser no desean molestar ni sacrificar a hijos, nueras y demás miembros de la familia, amigos o vecinos. Para conseguir este objetivo tan loable, la sociedad, los gobiernos, las administraciones autonómicas y locales están creando servicios y recursos varios en todos los lugares de nuestro Estado.
Hay varios servicios sociosanitarios que ayudan a resolver la situación de las personas con distintos niveles de dependencia siendo fundamentalmente: el SAD (Servicio de Ayuda a Domicilio), los Centros de Día, las Residencias y las Ayudas Tecnológicas entre los más significativos.
Además, se pueden añadir también otros servicios como: el comedor de los centros de mayores, los recursos de asistencia y de comida a domicilio, el acompañamiento extradomiciliario, los centros de fisioterapia, rehabilitación y de estimulación psicogeriátrica, las ayudas de respiro nocturno y de fin de semana, e incluso las actividades de ocio, deportivas y culturales. Se desea que todos ellos se ubiquen en el entorno más próxímo de las personas usuarias y coordinados con los servicios de salud.
¿Qué piden los mayores respecto a sus cuidados?
- Desean que se garantice el derecho a ser preguntados y escuchados, a decidir sobre su propio proyecto de vida y el camino a seguir en el cuidado sobre todo si es de larga duración.
- Quieren que sean integrales, que se centren en las necesidades psicofísicas, afectivas y socio-relacionales.
- Aspiran a que se les otorgue un trato adecuado por parte de la persona cuidadora, que tenga en consideración las capacidades y la situación personal de cada uno, que se eviten expresiones, actitudes y actividades infantiles, incluso sexistas y vejatorias, que debiliten la autoestima y agreden la propia dignidad.
- Pretenden que se les estimule sus capacidades físicas, cognitivas y sociales. El contacto y la relaciones con las personas de su entorno es imprescindible, así como en la medida de sus posibilidades, la participación activa en la sociedad a través de la cultura, el ocio y también incrementar la conexión con ambientes intergeneracionales.
- Quieren que se les ayude a lograr, sobre todo, un funcionamiento autónomo y de autorrealización en su vida personal y social. Para esto hay que proporcionarles recursos técnicos, asistenciales, terapéuticos, organizativos, de aprendizaje, de ocio, servicios de transporte adaptado y entornos en la ciudad que sean seguros, accesibles y amigables.
- Piden contar con personal suficiente, especializado, formado, actualizado, con sueldo justo y con una atención de calidad adecuada a cada uno.
- Exigen que se sientan reconocidos y que se les acompañe y apoye para que sigan manteniendo el control de la vida y su identidad propia.
Los Cuidados de Larga Duración para las personas mayores: servicios sociosanitarios
La Nueva Estrategia Europea de Cuidados 2020 demanda mejorar la vida y los cuidados de los mayores, intensificar la autonomía, autorrealización y su participación pública, incrementar las destrezas digitales, producirles seguridad, intensificar la corresponsabilidad, la solidaridad entre generaciones y adecuarse a las necesidades específicas de esta población.
Las administraciones públicas no pueden mirar para otro sitio, deben de implicarse y velar por garantizar los derechos de los mayores a vivir mejor y a ser cuidados dignamente, para ello se necesita incrementar el gasto público. El Estado, los Gobiernos de las Autonomías, las Diputaciones y los Ayuntamientos deben promover y sostener una variada red de servicios adecuados a la demanda real de los distintos tipos de cuidados que precisas los mayores, en función de su situación personal y de la evolución de su salud.
Es una realidad que no todos los mayores tienen la posibilidad de utilizar los servicios que se han mencionado anteriormente. La mayoría demandan que sean públicos con un copago adecuado a su pensión, que estén ubicados en su entorno más próximo y bien coordinados con los servicios de salud, que por cierto necesitan ser reforzados urgentemente.
Hoy es una realidad cada vez más utilizada la aportación de las nuevas tecnologías (TICs), las innovaciones técnicas y sociales, la teleasistencia, las apps, la asistencia integrada, la domótica, la robótica, la asistencia médica telemática, etc. Todos ellos pueden mejorar mucho los cuidados y ayudar a conseguir una vida más independiente.
Los mayores revindican hoy que los cuidados de larga duración, en la medida de lo posible se realicen en casa, siendo atendidos por familiares, amigos o vecinos. Como esta situación del contexto personal es a veces muy difícil conseguir, se precisa la ayuda de un apoyo formal por parte de profesionales ajenos, que sería imprescindible que estén bien formados en función de las distintas características de cada persona, y que se compagine cuando sea necesario el apoyo informal y formal como ocurre en muchos casos.
El cuidado genera a veces una carga física y psicológica que provoca serios trastornos e incluso enfermedades en la persona que cuida. En este sentido, en algunos Ayuntamientos, cuentan con programas de “Cuidar al Cuidador”, con el que se le ayuda y orienta para una formación específica en el más amplio sentido. Existe una regla evidente: “si el cuidador no está bien no puede cuidar bien a otros”.
Los cuidados de larga duración tienen que ser de calidad, ya que esta es imprescindible para que se garantice la dignidad de la persona, su capacidad de elección, su bienestar y también se evitarán las hospitalizaciones innecesarias.
Se debe lograr una verdadera integración de los cuidados a través de una estrecha cooperación, colaboración e intercambio de todo tipo de información entre los distintos profesionales que intervienen, los pacientes y los cuidadores, para conseguir el bienestar del mayor durante el mayor tiempo posible.
En la actualidad, existen también una variada oferta de empresas privadas y algunas organizaciones sin ánimo de lucro que ofrecen servicios de asistencia sanitaria, e incluso social, a los mayores que hay que tenerlas en cuenta ya que ofrecen un aporte muy necesario. No obstante, el cuidado institucional se debe dirigir sobre todo a las personas cuidadas y a sus cuidadores, a través de servicios o recursos de apoyo como deben ser la información, la formación y el respiro.
La política de cuidados debe de orientarse a la promoción de la autonomía de los mayores, pensando en un enfoque de vida plena, que les pueda permitir desarrollar un equilibrio adecuado y seguro a la hora de satisfacer sus propias necesidades de la vida diaria y esto se debe de aplicar también a todas las etapas del ciclo vital.
Cuidar debe implicar desarrollar la autonomía personal, así como la experiencia e incluso reforzar la participación social, a la vez que se potencie la calidad de vida y se desarrolle una solidaridad intergeneracional.
Nota: Esta entrega refleja la opinión de la autora. En ningún caso debe entenderse como el sentir formal de Secot-Álava.