Empezamos recordando la historia de nuestra ciudad, visitando la catedral vieja, que esconde algunos de los secretos de la historia de nuestra ciudad. Pudimos conocer algunos de ellos, con una visión arqueológica de la creación de Vitoria-Gasteiz.
Entre tanto, con José Manuel y algún pinche que nos sorprendió, nos preparaban un menú para reponer fuerzas y celebrar la entrañable despedida de soltera de nuestra compañera, que nos proyecta al futuro, el de ella, su novio y un poco el de todos nosotros que le acompañamos. Alguno, a los postres, sugirió la posibilidad de fletar un autobús y personarnos en la boda, cerca de 1.000Km al sur. Casi prospera la idea.
Al final intercambio de regalos y, sobre todo, emociones y los mejores deseos para Conchita.
Volveremos con fuerzas renovadas después de las vacaciones, este año también nos las hemos ganado.